Con el tiempo surgieron más ideas, de manera que seguí anotándolas y creo tener ya una visión más clara de lo que busco para el nuevo Aerith. Pero la cuestión es que también surgieron otras ideas que no son para este juego. Comenzó a surgir otro, sí, uno más.

Ya hablé hace tiempo de este genial autor, que partió hace no mucho dejando un legado de preciosas y muy particulares novelas de ciencia ficción fantástica, si se me permite la expresión. Mundos en donde todo es posible, detallados con una precisión para nada cansadora, muy inmersiva, a veces hasta poética.
Fueron dos cosas las que me llevaron a esto. En primer lugar, releer el reglamento de Pendragón, tanto la nueva edición en castellano de Nosolorol, como la clásica, editada en su momento por Joc Internacional (de la cual tengo todos los suplementos, siendo una joya de mi colección). Recordé entonces cuanto amé la ambientación y el reglamento (aunque a veces me resultaba un poco complejo, con el tiempo aprendí a ver que era parte de su encanto y de su razón de ser). Pero también recordé lo difícil que puede ser encontrar jugadores dispuestas a meterse de lleno en un mundo medieval tan literario y al mismo tiempo tan mítico y realista.
Realmente me encantaría jugar a este juego, pero creo que nunca podré, o me tomará mucho tiempo. Por eso, creo, comenzó a nacer la idea de crear una ambientación similar en ciertos detalles, pero llena de otros elementos novedosos, más tirando hacia las ideas de Vance.

Durante algo así como una semana (contando el día de hoy) se sumaron más y más ideas. Como en Pendragón, cada personaje tendría a su cargo un trozo de tierra y tendría que velar por el bienestar de sus súbditos. Sin embargo, desistí de la idea de crear otro mundo, de detallar los mapas y pensar en toda la ambientación al milímetro. Tuve una experiencia hermosa con Aerith al crear sus regiones, pero también creo que me tomó mucho tiempo y que, para algunos jugadores, la profusión de datos puede ser algo difícil de digerir.
Por eso decidí que lo mejor sería describir la base de la ambientación: la estructura política, económica, social y militar, así como su historia y otros detalles. Los jugadores con el DJ crearían el resto al ir jugando o previamente, dejando suficientes huecos como para permitir que puedan generar variaciones (algo así como las reglas opcionales, pero con respecto a la ambientación).
De manera que, al igual que sucede con Pendragón, la ambientación "física" (los mapas y descripciones de las regiones) serán algo breve, mientras el trasfondo social será lo principal.
Con respecto al sistema de juego, desde ya que estoy pensando en el Sistema Solar. Sin embargo, se trataría de una versión modificada, y estoy pensando en sumar detalles de Fate y/o de Fudge para complementarlo y sumar reglas específicas para ciertas cuestiones que todavía tengo en mente.

Bueno, creo que ya vengo diciendo mucho, y no quiero revelar todas las ideas por adelantado. Hay mucho más de todo esto, pero todo será dicho a su debido tiempo. Por lo pronto, las ideas siguen saliendo; pensando en la novela The Dragon Masters, me doy cuenta de que los caballos no son precisamente parte de la fauna nativa en este mundo (todavía) sin nombre. Así que nunca se sabe: tal vez los personajes los usen como cabalgaduras.
Como sucede con Aerith, no voy a dedicarme en serio a este proyecto todavía. Estoy en la etapa de reunir información, datos, referencias, ideas, etc. Todo se va anotando, bajo el nombre código de Proyecto Stardust, que empiezo a usar ahora como una etiqueta. Así que, cuando quieran ver si agregué algo nuevo, solo les queda mirar las entradas que tengan esa etiqueta.